Conociendo a PAPÁ
- mamabicolor
- 31 dic 2022
- 4 Min. de lectura
Había una vez un bebé que nació viendo el rostro de mamá como su única figura materna y paterna. Mamá a penas tenía 19 años, estaba entrando a 1er ciclo de la universidad y ya tenía que aprender a criar una vida. Tantos fueron los cambios y las nuevas experiencias, que vio la necesidad de crear un espacio donde pueda conectar con otras mamás que estén pasando por situaciones similares.
Pensando en un nombre, le vino al corazón "MAMÁ de capa BICOLOR" visualizando a una súper heroína con una capa de 2 colores, ya que cumplía el rol de mamá y papá a la vez.
Cada noche al cerrar los ojos, mamá imaginaba como sería todo si papá no hubiera decidido ir a vivir a la luna, cuando apenas ella tenía 5 meses de embarazo.
Todo se iba poniendo más difícil mientras bebé crecía. Han escuchado la frase: lo que se ve no se pregunta? Pues mamá aprendió a simular muy bien sus rostros ante preguntas como: y su papá dónde está? sobre todo a aparentar que era lo suficientemente fuerte para no necesitar nada de él.
Cuando bebé cumplió 2 años, mamá se armó de valentía para agarrar un telescopio y por primera vez buscar la forma de contactar a papá y preguntarle si quería conocer a bebé, pero papá no estaba listo, estaba enfocado en construir un cohete, aún sin saber para qué lo necesitaría. Tan grande eran las ganas de mamá de proteger a bebé de personas que no deseasen estar en su vida, que nunca le insistió. Si papá deseaba enfocarse en armar su proyecto de vida, su cohete, pues que sea muy feliz.
Sin embargo, muy en el fondo de su corazón, mamá sabía que ahorita lo podía manejar, pero que pasaría el día en el que bebé crezca y le pregunte: "mamá, dónde está papá?"
Pasaron 3 años y medio, llenos de momentos mágicos, aprendizajes, risas, amor, sin duda mamá y bebé eran felices y habían logrado hasta independizarse y encontrar el equilibrio. Hasta que un día en octubre 2021, entró la llamada que mamá menos esperaba: "Mamá, soy papá, estoy listo para volver, quiero ser parte de la vida de bebé."
A mamá se le derrumbaba el mundo, no podía creer que luego de 5 años y medio le esté pasando esto a ella. Justo cuando ya había construído la vida de sus sueños. Tenía 2 sentimientos encontrados:
1) su lado protector: no lo permitas, protege a bebé, es un peligro para la salud mental, el que la hace una vez la hace siempre.
2) su lado emocional: le vas a negar la posibilidad a bebé de conocer a papá? Cuando crezca qué le vas a decir?
Mamá ya había pasado por muchos momentos difíciles sola, pero sin duda nunca se había sentido más entre la espada y la pared como ese día.
Para su sorpresa, papá sonaba muy diferente, no imponía, no exigía, no sonaba como antes, era como hablar con otra persona. Eso hizo que mamá desconfíe aún más.
Se reunieron en persona a conversar y papá le contó que había terminado de construir el cohete, el proyecto de su vida, lo cual le había permitido alcanzar un nivel de madurez personal, espiritual y económica, y porfin sentía que tenía algo que ofrecerle a bebe.
Los años habían hecho a mamá muy sabia, pero no dejaba de ser humana, en su interior sentía que todo era muy injusto. Por qué papá había tenido tantos años para construir su mejor versión y cuando se sintiera listo podía volver y decidir conocer a bebé? Mamá no había tenido esa oportunidad, ella tuvo que aprender a la mala, cayéndose, golpeándose, muchas veces olvidándose de ella misma para cuidar a bebé, trabajar y estudiar.
Mamá le dijo a papá: "lo haremos por bebé, pero necesitamos ayuda profesional." Tuvieron varias sesiones de terapia de familia, era indispensable. Ninguno de los dos sabía cómo decirle a bebé: "te presento a tu papá." Porque un niño de 5 años y medio ya hace preguntas. Algo que si tenían clarísimo era que la inocencia e ilusión de la infancia es un cristal, cualquier palabra mal dicha lo rompe y no hay vuelta atrás.
Después de 3 meses de terapia, por recomendación del psicólogo, había llegado el momento de organizar el encuentro tan esperado. Mamá se negaba, había logrado hablar del dolor que había sentido por todos estos años, pero no podía olvidarlo, no confiaba del todo en papá, y se hacía la pregunta: "qué pasaría si se vuelve a ir a la luna?" A ese lugar en el que no sabemos dónde está ni como contactarlo, tal como había sido los últimos 5 años y medio.
Confía, si no confías en él, confía en Dios, lo que tenga que ser, será.
Una noche, mamá le dijo a bebé: "te gustaría conocer a papá?"
Bebe nunca había hablado del tema pero le despertó la curiosidad: "mi papá? Cómo se llama? Dónde está?"
Nisiquiera en sus exámenes finales de la universidad, mamá había tenido que pensar tanto en las respuestas a tan difíciles preguntas. Solo le decía: "calma, mañana será un día especial."
Ni en sus mejores sueños mamá había imaginado ese momento tan perfecto como lo fue. Bebe lo vio, corrió a sus brazos y dijo: papáaaa 💙
Como si nunca hubiera pasado nada y todo el miedo solo estaba en la mente.
Desde ese día, papá y bebé vienen construyendo una relación mágica, dónde el objetivo es fortalecer el vínculo a través del amor, el respeto, los juegos y actividades que les encanta hacer juntos.
Y así fue como mamá volvió a respirar, el aire nunca se había sentido tan liviano en 6 años, volvió a confiar en las personas, volvió a dormir por las noches sin miedo a sus demonios, volvió a soñar con un futuro sin incertidumbre, pero sobre todo, volvió a vivir su presente, aquí y ahora, en completa paz.
2022, si algo bueno le trajiste a mamá, fue a papá. Gracias ☀️


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